Salud Mental

La salud mental es uno de los pilares de la salud de cualquier persona. Y es que la salud no solo es ausencia de enfermedad, es también un estado completo en cuanto a condiciones físicas, sociales y mentales. Por esta razón, este pilar del bienestar emocional, o mental, debe cuidarse igual como cuidamos cualquier aspecto de la persona. Si no queremos tener problemas de salud mental, o ser una persona con mala salud mental necesitamos trabajar en ella. ¡Vamos a ver cómo podemos ejercitar la salud mental!

Salud mental, ¿qué incluye?

Cuando hablamos de salud física, tenemos muy claro que se hace referencia al bienestar físico del cuerpo, que nos permite el buen funcionamiento de todas las funciones producidas por el organismo. Por lo tanto, garantiza la actividad óptima de nuestro organismo.

Cuando se habla de mejorar la salud, suele hablarse de la salud física. Por eso, los consejos que suelen darse pasan por seguir una dieta saludable, realizar actividad física de manera regular, no abusar de sustancias tóxicas como el alcohol o el tabaco… Sin embargo, esto no tiene nada que ver con la salud mental.

La salud mental recoge el bienestar psicológico, emocional y social. Esto hace referencia a nuestra manera de pensar, de actuar ante problemas o situaciones, de sentir… Mantener una buena salud mental garantiza saber manejar el estrés, tener unas buenas relaciones sociales, conseguir la mejor versión de ti… y además, la salud mental está unida con la salud física, a la vez que esta también repercute en la mental. 

Mejorar la salud mental

No hace falta ningún entrenar en ningún gimnasio para obtener un beneficio en pro de nuestro bienestar psicológico, pero sí que existen acciones y trabajos introspectivos, que ayudan a mejorar y potenciar esta salud. ¿Quieres descubrir cómo? Anota estos consejos:

Aumenta tu salud física

¡Sí! Ya hemos comentado que sin salud mental es difícil que queramos mejorar la salud física. Sin embargo, trabajar la salud física permite mejorar la salud mental. Por lo tanto, mejorar nuestra condición física realizado ejercicio, o deporte, de manera regular, o dormir lo suficiente para asegurar un buen descanso, permite ayudarnos a mejorar las sensaciones de ansiedad, por ejemplo, o depresión. Además, otra forma de mejorar la salud física es acompañarla con una alimentación saludable que nos aporte los nutrientes necesarios. Una deficiencia de nutrientes puede provocar algunos problemas que afectan a la salud psicológica. ¿Qué nutrientes pueden ayudar a mejorar la salud mental?

·   Omega-3

Este ácido graso esencial contiene DHA que contribuye a mantener el funcionamiento normal del cerebro. Puedes tomar 2 perlas de Omega 3 después de desayunar y después de cenar, ¡notarás más de un beneficio!

·   Vitaminas del grupo B

En general estas vitaminas ayudan a reducir los niveles de ansiedad, estrés y depresión. Por ejemplo, la vitamina B6 promueve la producción de serotonina, un neurotransmisor que aumenta la sensación de felicidad, mejorando el humor. Una manera de aportar esta vitamina B6 junto con otros nutrientes interesantes para la salud mental como el magnesio, es con Re-lectrolites, una mezcla necesaria para una vida activa. ¡Recuerda que una vida activa, mantiene una salud mental activa!

·   Probióticos

La salud de la microbiota intestinal (las bacterias que conviven con nosotros en el intestino) tiene una conexión con el cerebro, por lo tanto, también con la salud mental. Para mantener una buena salud de esta microbiota, hemos de asegurarnos que este conjunto de bacterias esté equilibrado en cantidad, que no se descompense, ya que esto podría afectar negativamente a la salud tanto del sistema nervioso y digestivo, como también del sistema neuronal.

Los probióticos son alimentos que contienen microorganismos vivos que pueden formar parte de esta flora, por lo tanto, nos ayudan a mantener un equilibrio. Un ejemplo de alimento que contiene probióticos son los yogures. ¡Vamos a cuidar esa flora!

La salud mental necesita de una actitud positiva

Es vital mantener una actitud positiva siempre que sea posible ante cualquier desavenencia de la vida. La actitud negativa nos llena de pensamientos destructivos, críticos, juiciosos… que nos van restando a la vez seguridad y autoestima. A consecuencia de este hecho es posible que nos alejemos de las personas de nuestro alrededor. Intentar encontrar la parte positiva a todo lo que sea posible, nos permite vivir con mayor tranquilidad. Tampoco se trata de tomarse todo con alegría, sino encontrar un equilibrio. Es mejor tener más pensamientos positivos que negativos, que nos alejen de vivir permanentemente con enfado o tristeza, por ejemplo.

Cultivar relaciones sociales refuerza nuestra salud mental

La conexión con otras personas nos otorga apoyo, protección, pertenencia a un grupo… que se traduce en una mejora de nuestro autoconcepto y en el aumento de la empatía hacia la comunidad. Unas buenas relaciones sociales, nos permiten compartir nuestros pensamientos y emociones, y sentir, por ejemplo, apoyo en un día negativo.

Desarrollo de inteligencia emocional

La inteligencia emocional es la capacidad que tiene una persona de entender sus emociones, utilizarlas adecuadamente y controlarlas. Esto nos asegura un gran éxito en circunstancias que requieran habilidades sociales y emocionales, en las que, como es lógico, está implicada la salud mental. Para desarrollar la inteligencia emocional, se debe empezar por aprender a detectar nuestras propias emociones: qué siento, cuando lo siento, por qué lo siento… ¡Empieza por prestar atención a tus emociones!

Ser agradecido

No solo se trata de dar las gracias cuando nos dan la vuelta del cambio en la tienda; se trata de estar de verdad agradecido por las cosas que nos ha dado la vida. Por lo que tenemos alrededor: familia, amigos, comida, experiencias, momentos… Agradecer cualquier gesto de personas ya sean conocidas o desconocidas, aunque esto no implique ir a darle las gracias, simplemente reconocer las cosas buenas que tenemos y estar agradecido por ello. Y por supuesto, también debemos estar agradecidos con nosotros mismos.

Ahora que sabes cómo mejorar tu salud mental, toca trabajarlo: ¡no lo dejes para mañana y empieza a practicar hoy mismo estos consejos!