Mente

Vivimos en un mundo en el que no hay espacio para la reflexión y el recogimiento. A menudo, nos vemos asaltados por multitud de pensamientos, emociones, sensaciones, deseos y dudas que nos conducen a un estado de agitación y de angustia. No somos dueños de nuestra propia mente, no podemos ponerle freno. Y es que en la era del estrés, la falta de tiempo y la infinidad de actividades que marcan nuestra vida diaria acaban por llevarnos a la saturación y a poner en duda nuestra capacidad para abordar las tareas del día a día. Una de las respuestas fisiológicas a esta sobrecarga, es la alteración del sistema nervioso y de la actividad cerebral. Para combatir el estrés generado de este estilo de vida actual, podemos aprovechar el retorno de la primavera para retomar el contacto con la naturaleza. Pasear por la playa, una salida al campo o simplemente pasar un rato en un parque urbano, son algunas de las formas de sintonizar con ella.

En cualquier caso, una forma de controlar el estrés y de aquietar los pensamientos negativos es permitir que la mente se relaje y que experimente un estado de conciencia que nos ayude a liberarnos de las frustraciones y aprensiones que hemos ido acumulando a lo largo de nuestra vida. Una de las técnicas más poderosas que nos ayudará no sólo a relajar la mente sino también a combatir el estrés, a mejorar la atención y la concentración y en definitiva, a lograr un mayor bienestar físico y emocional, es lo que se conoce como mindfulness. Se trata de una técnica de meditación que nos permite detenernos durante unos minutos y crear un espacio de silencio y de calma interior donde seremos meros observadores de nuestro entorno. Con ello conseguiremos alcanzar un estado de equilibrio y de orden que habitualmente perdemos con el ajetreo de la vida diaria. Numerosos estudios indican que la meditación tiene un efecto positivo sobre el sistema inmunitario y sobre el tratamiento de algunas dolencias crónicas. En muchos de los trastornos psicológicos existen desequilibrios de los neurotransmisores cerebrales que con la meditación podemos ayudar a regular. De hecho, en el estrés crónico donde los niveles de cortisol son elevados, la práctica diaria de este hábito, reduce dichos niveles proporcionando un estado de relajación y de armonía que repercutirá en nuestro estado de salud.

Además puede ser necesario aumentar el consumo de ciertos nutrientes como son las vitaminas del grupo B importantes para mantener la salud del sistema nervioso y reforzar el sistema de defensas. Ciertas plantas, como la Rodiola, la Ashwagandha, la Pasiflora entre otras, en proporciones adecuadas, pueden resultar muy valiosas para cuidar nuestro bienestar físico y emocional.