salud vaginal

Quizás hayamos simplificado un poco pero definitivamente existe una correlación entre la presencia de especies saludables de Lactobacillus en el intestino y el predominio de especies similares de Lactobacillus que pueblan un microbioma vaginal bien equilibrado.

La explicación de esta relación es que los probióticos que consumimos por vía oral después de su excreción residen en la superficie de la piel vecina y luego ascienden por el tracto vaginal. Este razonamiento para esta transferencia es similar a la inoculación de probióticos pioneros críticos para la inmunidad que son adquiridos por los bebés durante el parto vaginal. El tracto intestinal es el hogar de aproximadamente 800 especies diferentes de probióticos y la vagina alberga alrededor de 50 especies residentes que pertenecen principalmente al género Lactobacillus productores de ácido láctico.

Las especies probióticas productoras de ácido láctico cumplen muchas funciones con respecto a la salud íntima. En primer lugar, se adhieren a la superficie epitelial de la vagina y del tracto urinario para desplazar a los microorganismos dañinos. Una vez establecidos, prosperan a medida que producen ácidos lácticos para reducir los niveles de pH vaginal, que junto con el peróxido de hidrógeno antimicrobiano trabajan sinérgicamente para evitar el sobrecrecimiento de Cándida y la vaginosis bacteriana.

Los resultados de ensayos clínicos han demostrado que las especies probióticas L. acidophilus, L. rhamnosus y L. fermentum son beneficiosas para reducir las tasas de recurrencia de infecciones del tracto urinario. El consumo oral de L. plantarum y L. fermentum, y su capacidad para colonizar posteriormente el microbioma vaginal, se han probado adicionalmente mediante análisis microbiológicos de cepas específicas.

El entorno vaginal es dinámico pero frágil. Su delicado equilibrio puede verse alterado por muchos factores, incluidos el ciclo menstrual, el uso de antibióticos, las duchas vaginales, el sobrecrecimiento sistémico de Cándida y los lubricantes espermicidas, por nombrar algunos. El uso de cápsulas u óvulos vaginales definitivamente se ha ganado un nicho terapéutico para el tratamiento de las infecciones vaginales agudas.

La eficacia de la administración de suplementos probióticos para la salud general y  para el sistema inmune está comprobada y ha llevado a la aparición de nuevas fórmulas específicas para distintas condiciones. Los probióticos de alta potencia y con protección entérica que contienen principalmente cepas de Lactobacillus brindan beneficios dentro del tracto gastrointestinal y contribuyen una flora vaginal saludable. Definitivamente habría que considerar su uso para la salud general e íntima de la mujer a largo plazo.