Rinitis alérgica

Dr. Melissa Descoteaux. Toronto, Canadá

Rinitis Alérgica – La curcumina y los probióticos pueden ayudar

Introducción

La rinitis alérgica (RA), conocida por causar síntomas como ojos llorosos, estornudos, secreción nasal, picazón en los ojos y congestión nasal, se está volviendo cada vez más común en los países desarrollados. En Canadá, hasta el 44% de las personas afirman haber experimentado síntomas de RA, mientras que el 20% han sido diagnosticados por sus médicos (1). Para algunos, se presenta principalmente durante la primavera o el otoño y se le conoce como “alergia estacional”, mientras que para otros está presente todo el año, también conocida como “alergia perenne”. Otros síntomas de la rinitis alérgica incluyen fatiga, falta de concentración y una disminución en la productividad, todos ellos son síntomas más sistémicos y pueden afectar considerablemente la calidad de vida.

Los síntomas de la RA se deben a una respuesta inflamatoria de la mucosa nasal y de las membranas mucosas de las orejas, los senos paranasales o la faringe. Se desencadenan por la exposición a diversos alérgenos ambientales. Estos alérgenos pueden estar en el interior, como los ácaros del polvo, la caspa de las mascotas o el moho, o al aire libre, como el polen del cesped, la maleza, los árboles u otros mohos exteriores (2). Muchos recurren a medicamentos de venta libre (OTC), como descongestionantes, antihistamínicos o corticosteroides intranasales, para controlar sus síntomas, obteniendo aproximadamente un 60% de sensación de que sus síntomas están algo controlados durante los peores meses del año (1). La medicina naturopática puede proporcionar tratamientos alternativos o complementarios a los medicamentos de venta libre para ayudar a reducir los síntomas de la RA y mejorar la calidad de vida. ¿No nos encantaría detenernos y oler las flores durante la primavera?


Respuesta inmune a los alérgenos

Nuestro sistema inmune ha evolucionado para protegernos contra virus, bacterias, hongos y parásitos. Sin embargo, si se comporta de forma anormal y responde a desencadenantes benignos como el polen suspendido en el aire, provoca una respuesta inmune no deseada. El sistema inmune tiene dos brazos principales. El sistema inmune innato es la defensa de primera línea y actúa rápidamente contra las infecciones; no es antígeno-específico y no tiene memoria inmunológica de infecciones previas. El otro brazo del sistema inmune es la respuesta inmune adaptativa. Es más lento para responder, a veces tarda hasta días, pero tiene una memoria inmunológica y es antígeno-específico, lo que significa que la respuesta inmune puede fortalecerse con cada exposición a los antígenos (3).

La inflamación de las membranas mucosas en la RA es el resultado de una respuesta inmune adaptativa, de forma más específica, de una respuesta inmune mediada por la inmunoglobulina E (IgE). La IgE es un anticuerpo producido por el sistema inmune que se une a la superficie de los mastocitos. Cuando la IgE entra en contacto con las proteínas alergénicas, es decir, los antígenos, se activan los mastocitos y se liberan mediadores inflamatorios como la histamina. Esto aumenta la permeabilidad de los vasos sanguíneos, lo que permite que los glóbulos blancos y algunas proteínas lleguen al área específica, causando la inflamación de los tejidos locales como las membranas mucosas de la nariz, los oídos y los ojos.


Diagnóstico

Los dos métodos más comunes para identificar los antígenos alérgicos son la prueba cutánea por punción/escarificación y una prueba de sangre llamada inmunoensayo enzimático de fluorescencia (FEIA, por sus siglas en inglés). La prueba de punción cutánea mide la reacción inmediata de la IgE frente a una variedad de alérgenos. El procedimiento consiste en insertar un extracto del alérgeno debajo de la superficie de la piel, generalmente en el antebrazo. Un resultado positivo se identifica a través de la formación de una roncha debido a la liberación local de histamina por parte de los mastocitos. Por otro lado, la FEIA es una prueba de sangre que mide indirectamente los niveles séricos de IgE asociados con ciertos antígenos. No es tan sensible o específica como la prueba cutánea, pero puede ser útil para comprobar la reacción a ciertos alérgenos específicos (2).


Actuaciones

Prevención.

  • Una vez que se han identificado los alérgenos específicos, la principal forma de prevenir los síntomas alérgicos es evitarlos. Con respecto a los alérgenos al aire libre, esto significa evitar la exposición al aire libre durante las épocas del año en las que el polen es más alto. Por ejemplo, el polen de los árboles suele ser más alto en la primavera, el polen de las gramíneas a principios del verano y el polen de la maleza entre fines de agosto y septiembre (2). Además, asegurarse de que las ventanas y puertas estén cerradas, usar el modo de recirculación de los aires acondicionados y tomar una ducha después llegar del exterior puede ayudar a eliminar el exceso de polen de la piel y el cabello. Estas son las mejores formas de ayudar a prevenir los síntomas alérgicos de los alérgenos externos. Con respecto a los alérgenos del ambiente interior, lavar la ropa de cama al menos dos veces al mes en agua caliente, y el uso de fundas de almohadas y colchones hipoalergénicos pueden ayudar a reducir la exposición a los ácaros del polvo (4,5). Además, los ácaros del polvo proliferan cuando la humedad es más del 50%, por lo que un deshumidificador puede ser útil (6). La reducción de la humedad en el interior también puede evitar la formación de moho, que es otro alérgeno común en los ambientes interiores. Lo mejor es evitar las alfombras por completo, especialmente si hay mascotas presentes. En cuanto a las alergias a los animales, evitarlos es lo mejor, pero para aquellos que sí tienen alergia a los animales y tienen contacto con ellos, los filtros de aire HEPA pueden ser útiles especialmente para la caspa de gato. Además, es importante no solo evitar los alérgenos interiores y exteriores, sino también los irritantes respiratorios como el humo y los perfumes, así como los cambios rápidos en la temperatura y la contaminación del aire, que aumentan la inflamación local y pueden empeorar los síntomas alérgicos.

Curcumina.

  • La curcumina es el ingrediente activo en la cúrcuma, un tubérculo perenne nativo del sudeste de Asia. Tiene fuertes efectos antiinflamatorios, comparables a los de la hidrocortisona (7: 371-372). En ratones, ha mostrado un beneficio en la disminución de los síntomas de la rinitis al disminuir los mediadores inmunes como la IgE, que también desempeña un papel en la rinitis alérgica humana. Como resultado, un estudio exploró el efecto de la suplementación con curcumina para aliviar los estornudos, la secreción nasal y la congestión nasal en adultos. El estudio incluyó a 241 participantes con RA perenne (también conocida como rinitis alérgica de todo el año) que tuvieron resultados positivos en la prueba de punción cutánea a múltiples alérgenos. Todos los participantes habían experimentado síntomas durante un mínimo de dos años, y no tuvieron ningún otro tratamiento farmacológico durante el estudio. La mitad de ellos recibió 500 mg de curcumina por vía oral al día, y la otra mitad recibió un tratamiento con placebo. Después de dos meses, los síntomas nasales (los estornudos, la secreción nasal y la picazón en la nariz, obstrucción) disminuyeron significativamente en el grupo de la curcumina, sin cambios observados en el grupo de placebo. Los síntomas fueron medidos por los participantes que llenaron una escala de calificación de síntomas antes y después del tratamiento. La congestión nasal también mejoró en el grupo de la curcumina y no en el grupo de placebo. Además, aquellos que recibieron curcumina tuvieron una reducción en los niveles de la IL-4, la cual media la producción de la IgE y se sabe que se encuentra elevada en personas con síntomas de RA (8).

Probióticos. 

  • Los probióticos se refieren a microorganismos vivos que, cuando se introducen en el sistema digestivo, pueden mejorar la digestión y la salud en general al modular el sistema inmune. Como resultado, los probióticos pueden jugar un papel en la reducción de los síntomas alérgicos. De hecho, el efecto del microbioma humano sobre el sistema inmune ha sido bien estudiado. Aunque la evidencia de los probióticos como tratamiento para la RA es conflictiva, sí muestra algún beneficio. Un estudio demostró una mejora en la calidad de vida con respecto a los síntomas de alergia estacional. Para el ensayo de control aleatorizado, 173 adultos se dividieron en dos grupos: el grupo de tratamiento recibió una cápsula de probióticos que contenían 1.500 millones de UFC dos veces al día, de marzo a mayo (ocho semanas), durante la temporada de alergias de primavera; el grupo placebo recibió el mismo tratamiento, con una cápsula que no contenía probióticos. Al final del período de ocho semanas, el grupo que recibió el probiótico informó una mejora en la calidad de vida con base en un cuestionario; sin embargo, no se observó ningún cambio en los marcadores inmunes (9). Esto significa que hubo un beneficio con el tratamiento probiótico, pero el mecanismo se desconoce. Otro estudio también encontró una mejora en la calidad de vida para las personas con síntomas persistentes de RA. La diferencia en este estudio fue que a todos los participantes también se les administró loratadina, un antihistamínico utilizado para tratar los síntomas de la RA. El grupo de tratamiento recibió una cápsula probiótica de 2.000 millones de UFC por día durante cinco semanas durante la temporada de alergia al pasto. Aunque no se observaron cambios en los síntomas de la rinitis (obstrucción nasal, estornudos, picazón en la nariz) entre los grupos, la picazón de los ojos disminuyó (10). En un tercer estudio, 27 adultos con alergia al pasto recibieron una cepa específica de probiótico, la Bidifidobacterium lactis NCC2818, 4.000 millones de UFC, diariamente durante ocho semanas o un placebo. Después de cinco semanas de tratamiento, los síntomas nasales fueron significativamente más bajos en el grupo que recibió el probiótico en comparación con el grupo de placebo. Además, los marcadores inmunes, generalmente altos cuando hay síntomas alérgicos, fueron más bajos en el grupo de tratamiento, lo que demuestra un posible efecto regulador del sistema inmune de los suplementos probióticos dependiendo de la cepa (11).

Conclusión

La rinitis alérgica se puede activar por varios alérgenos ambientales. La principal forma de prevenir los síntomas es evitar la exposición a los alérgenos específicos; sin embargo, no se recomienda evitar la exposición general sin conocer los alérgenos exactos. Para identificar los alérgenos, un alergólogo debe realizar una prueba cutánea. Si aparecen síntomas, se pueden usar medicamentos de venta libre para controlar los síntomas, pero el uso de productos naturales, como la curcumina y los probióticos, también puede ayudar a reducir los síntomas nasales y oculares y mejorar la calidad de vida durante la temporada de alergias. Se necesitan estudios más amplios para confirmar la eficacia de estos suplementos, además de la dosis adecuada y la duración del tratamiento para la prevención de los síntomas de la RA.


Bibliografía:

1.Keith, P.K., et al. “The burden of allergic rhinitis (AR) in Canada: Perspectives of physicians and patients.” Allergy, Asthma, and Clinical Immunology, Vol. 8, No. 1 (2012): 7.
2.Sheikh, J. “Allergic rhinitis.” Medscape. · https://emedicine.medscape.com/article/134825 · Updated 2018‑05‑18.
3.Holgate, S.T., et al., eds. Allergy 4th Edition. Edinburgh: Elsevier Limited, 2012, 432 p., ISBN 978‑0‑7234‑3658‑4.
4.McDonald, L.G., and E. Tovey. “The role of water temperature and laundry procedures in reducing house dust mites populations and allergen content of bedding.” The Journal of Allergy and Clinical Immunology, Vol. 90, No. 4, Pt. 1 (1992): 599–608.
5.Morgan, W.J., et al. “Results of a home-based environmental intervention among urban children with asthma.” The New England Journal of Medicine, Vol. 351, No. 11 (2004): 1068–1080.
6.Korsgaard, J. “House-dust mites and absolute indoor humidity.” Allergy, Vol. 38, No. 2 (1983): 85–92.
7.Godfrey, A., et al. Naturopathic botanical medicine, Vol. 1: Botanical medicine monographs. Toronto: CCNM Press, 2010, 568 p., ISBN 978‑1‑8970‑2526‑0.
8.Wu, S., and D. Xiao. “Effect of curcumin on nasal symptoms and airflow in patients with perennial allergic rhinitis.” Annals of Allergy, Asthma & Immunology, Vol. 117, No. 6 (2016): 697–702.
9.Dennis-Wall, J.C., et al. “Probiotics (Lactobacillus gasseri KS‑13, Bifidobacterium bifidum G9‑1, and Bifidobacterium longum MM‑2) improve rhinoconjunctivitis-specific quality of life in individuals with seasonal allergies: A double-blind, placebo-controlled, randomized trial.” The American Journal of Clinical Nutrition, Vol. 105, No. 3 (2017): 758–767.
10.Costa, D.J., et al. “Efficacy and safety of the probiotic Lactobacillus paracasei LP‑33 in allergic rhinitis: A double-blind, randomized, placebo-controlled trial (GA2LEN Study).” European Journal of Clinical Nutrition, Vol. 68, No. 5 (2014): 602–607.
11.Singh, A., et al. “Immune-modulatory effect of probiotic Bifidobacterium lactis NCC2818 in individuals suffering from seasonal allergic rhinitis to grass pollen: An exploratory, randomized, placebo-controlled clinical trial.” European Journal of Clinical Nutrition, Vol. 67, No. 2 (2013): 161–167.