Los Omega-3, especialmente el EPA y el DHA, se utilizan para apoyar la salud del corazón, del cerebro, de la vista y para ayudar a regular la inflamación del organismo. Forman parte de las membranas de las células y están implicados en procesos que influyen en cómo envejece el cuerpo, cómo se adaptan los vasos sanguíneos y cómo funciona el sistema nervioso en el día a día.
Cada vez más personas buscan no solo conocer los beneficios del Omega-3, sino también aprender a elegir suplementos de Omega-3 de calidad, con buena pureza, un perfil seguro y cantidades claras de EPA y DHA.
Durante los últimos años, diversos ensayos clínicos con miles de participantes han permitido comprender mejor qué pueden aportar el EPA y el DHA, cómo actúan y en qué contextos tienen mayor utilidad.
Esta guía ofrece una explicación clara y ordenada para entender qué son los Omega-3, qué tipos existen, qué beneficios respaldan las evidencias actuales, cómo tomarlos con criterio y qué revisar en un suplemento de calidad. El objetivo es que cualquier persona pueda orientarse de forma práctica y realista sobre el uso del Omega-3, EPA y DHA, independientemente de su experiencia previa en nutrición o salud.
Qué es el Omega-3, qué tipos existen y cuáles son sus fuentes
Los Omega-3 son grasas esenciales que el organismo necesita para funciones clave como la salud cardiovascular, cerebral y visual, además de ayudar a regular la inflamación. Como el cuerpo no puede producirlos por sí mismo en cantidad suficiente, deben obtenerse a través de la alimentación o de suplementos.
Existen tres tipos principales de Omega-3: ALA, EPA y DHA, que se diferencian por su estructura, sus funciones y las fuentes en las que se encuentran.
ALA (ácido alfa-linolénico): apoyo general
El ALA es el Omega-3 de origen vegetal. Se encuentra sobre todo en semillas de lino y chía, en nueces y en aceites como el de linaza o cáñamo.
En el organismo, el ALA:
- Contribuye al perfil global de grasas saludables dentro de una alimentación equilibrada.
- Se asocia a un apoyo general de la salud cardiovascular cuando forma parte de patrones dietéticos ricos en vegetales y bajos en ultraprocesados.
- Actúa como precursor del EPA y del DHA, aunque la conversión es limitada.
Por eso se considera interesante en el contexto de una dieta saludable, especialmente en personas que consumen pocos productos marinos, pero los beneficios específicos sobre corazón, cerebro, vista o inflamación se estudian sobre todo a partir del EPA y del DHA.
EPA (ácido eicosapentaenoico): apoyo cardiovascular e inflamación
El EPA es un Omega-3 presente de forma natural en pescados azules como las anchoas, las sardinas, la caballa, el arenque o el salmón. Se estudia sobre todo en relación con:
- La regulación de la inflamación de bajo grado.
- El equilibrio de los triglicéridos y otras grasas en sangre.
- El apoyo cardiovascular en ciertos perfiles.
- Un posible refuerzo complementario en el estado de ánimo cuando se combina con terapias habituales.
Un gran ensayo clínico en personas con riesgo cardiovascular elevado observó que una fórmula concentrada de EPA podía ofrecer un beneficio adicional cuando se utilizaba dentro de un tratamiento supervisado. Este tipo de estudios ha dado al EPA una posición destacada en el ámbito cardiometabólico.
DHA (ácido docosahexaenoico): cerebro, memoria y vista
El DHA es un Omega-3 estructural esencial del cerebro, la retina y el sistema nervioso. Se encuentra en pescados azules como el salmón, las sardinas o el arenque, y en el aceite de algas utilizado en suplementos aptos para personas que no consumen pescado.
Los estudios relacionan un buen aporte de DHA con:
- Un mantenimiento más estable de la memoria y la concentración.
- Un papel clave en el desarrollo del cerebro y la vista durante el embarazo y la lactancia.
- Un apoyo adicional a la salud ocular en etapas de envejecimiento.
Varios ensayos clínicos en adultos mayores han observado mejoras modestas pero medibles en ciertos parámetros cognitivos y visuales, especialmente cuando el DHA forma parte de un estilo de vida saludable que incluye una buena alimentación y actividad regular.
Principales fuentes dietéticas de Omega-3 (ALA, EPA y DHA)
Aunque en el apartado anterior ya se mencionan las fuentes principales del ALA, el EPA y el DHA, esta tabla ofrece una visión más completa y comparativa. Permite ver de un vistazo qué aporta cada tipo de Omega-3, en qué alimentos se encuentra y cómo interpretarlo en la práctica diaria.
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Tipo de Omega-3 |
Fuentes principales |
Comentario práctico |
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ALA (ácido alfa-linolénico) |
Semillas de lino, chía y cáñamo; nueces; aceites de linaza, colza o soja. |
Buena forma de aumentar la ingesta de grasas saludables en dietas vegetales o mixtas. La conversión a EPA y DHA es limitada, por lo que no sustituye del todo a las fuentes marinas. |
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EPA (ácido eicosapentaenoico) |
Pescados azules como anchoas, sardinas, caballa, arenque o salmón; aceites de pescado concentrados. |
Especialmente relevante en contextos de triglicéridos elevados, inflamación de bajo grado o apoyo cardiovascular, siempre dentro de un plan supervisado. |
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DHA (ácido docosahexaenoico) |
Pescados azules grasos (salmón, sardinas, arenque); aceite de algas marinas en suplementos. |
Fundamental para embarazo, lactancia, memoria, concentración y salud visual. El aceite de algas es la alternativa principal en dietas vegetarianas o veganas. |
Beneficios del Omega-3, EPA y DHA según la evidencia actual
Muchas personas recurren al Omega-3 para apoyar el corazón, la función cognitiva, el estado de ánimo, la regulación de la inflamación o la salud ocular. La evidencia científica disponible muestra beneficios modestos pero relevantes, especialmente cuando el EPA y el DHA se integran en un estilo de vida saludable.
1. Corazón y triglicéridos
Los estudios muestran que el EPA y el DHA pueden:
- Reducir los triglicéridos en personas con cifras elevadas.
- Favorecer la elasticidad de las arterias, lo que contribuye a una mejor circulación.
- Apoyar la salud cardiovascular en ciertos perfiles de riesgo.
Un ensayo clínico con más de 8.000 participantes observó que una fórmula concentrada de EPA redujo algunos eventos cardiovasculares en personas con alto riesgo y triglicéridos elevados. Estos resultados se aplican sobre todo a perfiles específicos y siempre dentro de un tratamiento supervisado: no sustituyen la medicación ni las recomendaciones del cardiólogo.
Para ampliar información sobre salud cardiovascular es útil revisar 👉 Colesterol: guía definitiva para entender tu analítica y proteger tu corazón.
2. Cerebro, memoria y estado de ánimo
El cerebro contiene una alta concentración de DHA, lo que explica su importancia en la función mental. La evidencia relaciona una ingesta adecuada de Omega-3 con:
- Un mantenimiento más estable de la memoria y la atención.
- Una mejor comunicación entre neuronas.
- Un posible apoyo complementario al estado de ánimo, especialmente en suplementos donde predomina el EPA.
Los estudios indican efectos modestos, pero pueden ser relevantes para personas con ingesta baja de Omega-3 o con inflamación de bajo grado.
3. Inflamación y salud digestiva
El Omega-3 ayuda al organismo a completar la fase inflamatoria de forma ordenada, evitando que se prolongue más de lo necesario.
En el ámbito digestivo:
- Algunos estudios en enfermedades inflamatorias intestinales describen mejoras discretas en síntomas como dolor abdominal, frecuencia de las deposiciones o ciertos marcadores analíticos de inflamación.
- Otros trabajos no encuentran diferencias claras entre quienes toman Omega-3 y quienes no.
Por eso, en digestión se considera un apoyo complementario, no un tratamiento principal. Suele integrarse junto a alimentación, manejo del estrés y otras medidas, como las explicadas en 👉 SIBO: síntomas, causas y tratamiento natural paso a paso — Guía 2025.
4. Vista y salud ocular
La retina contiene una concentración muy alta de DHA. Mantener niveles adecuados se ha asociado con:
- Una función visual más estable.
- Menos molestias de ojo seco en algunas personas.
- Un apoyo adicional en el envejecimiento ocular, siempre como complemento y no como sustituto de los tratamientos indicados por el oftalmólogo.
5. Embarazo y envejecimiento
Durante el embarazo, el DHA desempeña un papel clave en:
- El desarrollo neurológico del bebé.
- La formación de la retina.
- El mantenimiento de las reservas maternas de Omega-3.
Algunas revisiones científicas han observado un posible efecto protector modesto frente a ciertos tipos de parto prematuro en determinados perfiles de embarazo, aunque no es una garantía y debe ser evaluado por el profesional de referencia.
En personas mayores, algunos estudios que combinan Omega-3 con buena alimentación, vitamina D y ejercicio señalan:
- Una evolución más estable de ciertos parámetros cognitivos.
- Una mejor percepción de vitalidad y movilidad dentro de un enfoque integral de estilo de vida.
No se trata de frenar el envejecimiento, sino de acompañarlo con más recursos.
Qué fuentes de Omega-3 son mejores y por qué
No todos los Omega-3 de la dieta o de los suplementos son iguales. Importan el tipo de aceite, el origen, la pureza, la cantidad real de EPA y DHA y el nivel de control de contaminantes a lo largo de todo el proceso de producción.
Aceite de anchoas pequeñas salvajes: por qué se considera de alta calidad
Las anchoas pequeñas salvajes se encuentran en la parte baja de la cadena alimentaria. Esto tiene varias ventajas importantes:
- Acumulan menos metales pesados (como mercurio o plomo) que los grandes peces depredadores.
- Viven menos tiempo, lo que reduce la posibilidad de acumular contaminantes ambientales.
- Aportan una concentración natural interesante de EPA y DHA, adecuada para la elaboración de aceites ricos en Omega-3.
- Permiten obtener aceites de alta pureza cuando se combinan con procesos de purificación avanzados, como la destilación molecular.
Por todo ello, el aceite procedente de anchoas pequeñas salvajes se considera una de las fuentes marinas más interesantes cuando se busca un buen equilibrio entre concentración de Omega-3, pureza y seguridad a largo plazo.
Quien desee profundizar en el tema de la carga de contaminantes y su eliminación puede consultar 👉 Metales pesados: cómo detectarlos y depurar el organismo con seguridad — Guía 2025.
Krill, algas y otras alternativas
Además del aceite de pescado procedente de especies pequeñas, existen otras fuentes de Omega-3 que pueden tener sentido según el perfil de cada persona:
- Krill: aporta EPA y DHA unidos a fosfolípidos, lo que se asocia a una buena tolerancia digestiva. Sin embargo, la cantidad de Omega-3 por cápsula suele ser más baja y el coste por dosis efectiva tiende a ser más elevado que en algunos aceites de pescado concentrados de buena calidad.
- Aceite de algas: es la fuente principal de DHA de origen no animal y, en algunos casos, también aporta EPA. Resulta especialmente útil en personas que siguen dietas vegetarianas o veganas, o que prefieren evitar el pescado por otros motivos.
- Semillas y frutos secos: aportan ALA (ácido alfa-linolénico), que es un Omega-3 vegetal. Son alimentos saludables y recomendables dentro de una dieta equilibrada, pero la conversión de ALA en EPA y DHA es limitada, por lo que no ofrecen exactamente el mismo perfil de beneficios que los Omega-3 marinos.
En la práctica, muchas personas optan por aceites de pescado procedentes de especies pequeñas o por aceite de algas si no consumen pescado, y reservan el krill o el ALA vegetal como opciones complementarias según preferencias y presupuesto.
EPA vs DHA: diferencias claras y cuándo priorizar cada uno
Aunque los Omega-3 marinos trabajan juntos, el EPA y el DHA cumplen funciones complementarias. Conocer estas diferencias ayuda a elegir un suplemento más adecuado a cada situación.
Tabla comparativa
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Componente |
Funciones principales |
Cuándo puede tener más sentido |
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EPA |
Regulación de la inflamación. Apoyo cardiovascular. Equilibrio de triglicéridos. |
Personas con inflamación persistente, triglicéridos altos o que buscan un apoyo emocional complementario (siempre con supervisión profesional). |
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DHA |
Cuidado del cerebro. Mantenimiento de la memoria. Función visual. |
Embarazo y lactancia. Personas que desean apoyar la memoria o la concentración. Perfiles con especial atención en la salud ocular y el envejecimiento visual. |
Interpretación práctica de la tabla de forma sencilla:
- Cuando el objetivo es la inflamación, los triglicéridos o el apoyo cardiovascular, suele prestarse más atención al EPA.
- Cuando el foco es el embarazo, la lactancia, la memoria, la concentración o la vista, el papel principal suele recaer en el DHA.
En la mayoría de casos, una fórmula combinada EPA + DHA cubre las necesidades generales de forma equilibrada. La proporción ideal depende del objetivo personal, la alimentación, la medicación y la situación de salud, por lo que es recomendable revisarla con un profesional de la salud.
Cómo tomar Omega-3: dosis, formatos y duración
Dosis orientativas
- En adultos sanos, muchas recomendaciones sitúan la ingesta total en 250–500 mg diarios de EPA + DHA, sumando la dieta y un posible suplemento.
- En situaciones específicas (riesgo cardiovascular, inflamación persistente, embarazo o lactancia), la dosis puede ser distinta y debe ser supervisada por un profesional.
- Tomar dosis muy altas sin indicación profesional no suele aportar más beneficios y en algunos casos puede aumentar el riesgo de efectos no deseados.
La dosis más eficaz es aquella que se adapta al objetivo, a la salud general y a los hábitos de cada persona.
Formatos más habituales
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Formato |
Características |
Ventajas principales |
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Triglicéridos naturales |
Forma similar a la del pescado |
Buena absorción y tolerancia |
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Etilésteres |
Forma concentrada habitual |
Más EPA/DHA por cápsula |
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Aceite de krill |
EPA y DHA unidos a fosfolípidos |
Buena tolerancia digestiva |
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Aceite de algas |
Fuente vegetal de DHA (y a veces EPA) |
Ideal para dietas vegetarianas y veganas |
En la práctica, todas estas formas pueden ser útiles. La elección depende de la tolerancia digestiva, las preferencias dietéticas, el presupuesto y la cantidad de EPA y DHA que se busque por cápsula.
Consejos prácticos de uso
- Tomar el Omega-3 junto con una comida principal suele mejorar la absorción y evitar el regusto a pescado.
- Para valorar cambios, conviene mantener el uso 4–6 semanas de forma constante.
- En usos prolongados, es recomendable hacer revisiones periódicas con un profesional para ajustar dosis, formato o duración del suplemento.
- Los efectos del Omega-3 no suelen ser inmediatos. En muchos casos, los cambios se aprecian mejor tras varias semanas o meses, especialmente en aspectos como la comodidad articular, la claridad mental, el estado de la piel o la tolerancia digestiva.
Qué mirar en los mejores suplementos de Omega-3
A la hora de elegir los mejores suplementos de Omega-3, conviene ir más allá de la frase genérica “aceite de pescado” en la etiqueta y fijarse en los detalles que diferencian un suplemento de calidad de una opción básica. Los suplementos de Omega-3 de calidad se distinguen por la información que aportan sobre la cantidad real de EPA y DHA, el origen del aceite, los procesos de purificación y el nivel de transparencia del fabricante.
Cantidad real de EPA y DHA por cápsula
Lo importante no es solo cuántos miligramos de “aceite de pescado” contiene cada cápsula, sino cuántos miligramos de EPA y de DHA aporta realmente.
Los suplementos de Omega-3 de calidad indican con claridad en la etiqueta estos valores por dosis, lo que permite saber si la cantidad es coherente con el objetivo (mantenimiento, apoyo cardiovascular, embarazo, etc.).
Origen del aceite
Es recomendable que el aceite proceda de especies pequeñas como anchoas, sardinas o caballa, ya que suelen acumular menos metales pesados y otros contaminantes que los pescados grandes depredadores.
Los mejores suplementos de Omega-3 suelen especificar el tipo de pescado utilizado y, en ocasiones, la zona de captura o cría.
Purificación y control de contaminantes
Los procesos de purificación, como la destilación molecular u otras técnicas avanzadas, ayudan a reducir la presencia de:
- Metales pesados (mercurio, plomo).
- Dioxinas.
- Otros compuestos ambientales no deseados.
Los suplementos de Omega-3 de calidad suelen destacar en su etiquetado que el aceite ha sido purificado y sometido a controles de contaminantes según normas establecidas.
Sostenibilidad y trazabilidad
Cada vez más consumidores valoran que el producto:
- Proceda de pesca responsable o fuentes controladas.
- Cuente con certificaciones de sostenibilidad, cuando aplica.
- Ofrezca información clara sobre el origen y los lotes.
Esta trazabilidad añade confianza y diferencia a los mejores suplementos de Omega-3 frente a opciones más genéricas.
Relación EPA/DHA
La etiqueta debe indicar la proporción de EPA y DHA. Esta relación debe ser coherente con el objetivo de uso:
-
Mayor presencia de EPA cuando el foco está en triglicéridos o inflamación de bajo grado.
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Mayor peso del DHA cuando el objetivo es el embarazo, la lactancia, la memoria o la vista.
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Fórmulas equilibradas EPA + DHA cuando se busca un apoyo general.
Un suplemento bien formulado y claramente etiquetado facilita que el profesional pueda integrarlo de forma adecuada en el plan de salud de cada persona.
Seguridad: cuándo tener precaución
El Omega-3, en sus formas EPA y DHA, suele tener una buena tolerancia, pero existen situaciones en las que conviene extremar la prudencia y revisar su uso con un profesional de la salud.
- Uso de anticoagulantes o antiagregantes: el Omega-3 puede potenciar ligeramente el efecto de estos medicamentos y requiere supervisión.
- Cirugías programadas a corto plazo: en algunos casos se recomienda suspender temporalmente la toma para evitar interferencias con la coagulación.
- Embarazo y lactancia: es especialmente importante asegurar que el aceite procede de fuentes controladas, con buena purificación y baja presencia de contaminantes, y que la dosis se adapta a las necesidades reales de la madre y del bebé.
- Dosis altas sin supervisión: tomar cantidades elevadas por iniciativa propia no suele aportar más beneficio y puede no ser adecuado en personas con medicación o patologías previas.
En caso de duda, es preferible revisar el suplemento y la dosis con un profesional de la salud, especialmente si existe una condición médica, un tratamiento activo o un cambio importante en el estilo de vida.
Preguntas frecuentes
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¿Cuánto Omega-3 necesito al día?
En adultos sanos, una ingesta total de 250–500 mg diarios de EPA + DHA suele ser suficiente, siempre teniendo en cuenta la cantidad que ya se obtiene a través de la dieta. En situaciones específicas, la dosis puede ser diferente y debe valorarla un profesional.
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¿Cuánto tiempo tarda en notarse el efecto del Omega-3?
Los cambios no suelen ser inmediatos. En muchos casos, los efectos se aprecian mejor tras varias semanas o meses de uso continuado, especialmente en aspectos como el estado de la piel, la comodidad articular, la claridad mental o la regulación de la inflamación de bajo grado.
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¿Tiene sentido tomar más de 1.000 mg al día?
En algunos casos concretos —por ejemplo, personas con triglicéridos elevados y siempre bajo supervisión médica— puede recomendarse una dosis más alta. Sin embargo, tomar megadosis por cuenta propia no garantiza más beneficio y puede no ser adecuado en personas con medicación o condiciones previas.
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¿Es mejor el aceite de pescado o el de algas?
Depende del objetivo y de la dieta. El aceite de pescado aporta EPA y DHA en conjunto. El aceite de algas es una alternativa vegetal especialmente útil en personas vegetarianas, veganas o que no consumen pescado.
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¿Puede causar efectos secundarios?
En algunas personas puede aparecer regusto a pescado o molestias digestivas leves. Tomar el Omega-3 con comida, elegir productos de calidad y empezar por dosis moderadas suele mejorar la tolerancia.
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¿Puedo obtener suficiente Omega-3 solo con la dieta?
Sí, si se consumen 2–3 raciones de pescado azul por semana. Cuando la ingesta de pescado es baja o esporádica, un suplemento puede ser una herramienta práctica para asegurar un aporte adecuado de EPA y DHA.
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¿Cómo sé si un suplemento es de calidad?
Un suplemento de calidad indica con claridad la cantidad real de EPA y DHA por cápsula, el origen del aceite, los procesos de purificación empleados y los datos del fabricante. La transparencia en la etiqueta es un buen indicador de fiabilidad.
Conclusión
El Omega-3, y especialmente el EPA y el DHA, puede ser un apoyo útil para la salud del corazón, la función cognitiva, la vista y la regulación de la inflamación de bajo grado. Los efectos no son inmediatos ni sustituyen a los tratamientos médicos, pero la evidencia disponible muestra que pueden aportar beneficios relevantes cuando forman parte de un estilo de vida equilibrado.
Elegir un suplemento de Omega-3 de calidad —con buena pureza, una relación clara de EPA y DHA y un origen bien especificado— ayuda a aprovechar mejor sus posibles beneficios y a reducir dudas sobre la seguridad a largo plazo. También es importante respetar la dosis adecuada, mantener un uso constante y revisar periódicamente su encaje con el profesional de referencia para valorar cambios con el tiempo.
Contar con el acompañamiento de un profesional de la salud facilita integrar el Omega-3 en un plan personalizado y coherente, adaptado a la historia clínica, la medicación, los hábitos y los objetivos de cada persona. Esta guía busca precisamente ofrecer una base clara y realista para tomar decisiones informadas.
⚠️ Recordatorio responsable:
Los complementos alimenticios no sustituyen diagnósticos ni tratamientos médicos. La información aquí presentada tiene carácter divulgativo y no pretende medicar ni sustituir recomendaciones profesionales. Si estás en tratamiento, tomas medicación o presentas alguna patología, consulta siempre con un profesional antes de iniciar su uso.
Artículo elaborado y revisado por el equipo técnico de Sura Vitasan (2025).